lunes, 3 de mayo de 2010

EL ESPECTRO - en you tube -

CAPÍTULO II

EL ESPECTRO

El vocablo “Espectro” es una de las palabras arquetípicas más importantes implicadas en el estudio de las expresiones del arte; la palabra, en la aplicación arquetípica o concreta, se deriva de la palabra del latín que significa “mirar”. La “emanación” es el proceso por el cual se manifiestan las potencialidades de una cosa; el “espectro” es el resultado - la totalidad de las potencialidades, cualidades y partes PERCEPTIBLES.
Usamos generalmente la palabra “espectro” para designar aquella apariencia de un rayo de
luz que ha sido refractado en sus colores componentes (partes) y éste es un ejemplo excelente para los propósitos de este estudio porque la astrología misma es percibida visualmente. El arco iris es un ejemplo concreto perfecto. Es un espectro natural; pero es algo más que eso - es un símbolo perfecto del “espectro” como palabra arquetípica. El rayo de luz solar es macrocosmo; el arco iris como espectro es macrocosmo para cada uno de sus colores designables - sus “microcosmos”; “Espectro”, como palabra arquetípica, se aplica a cada uno de los colores - como “macrocosmo” de cada uno de sus matices o gradaciones o cualidades. En otras palabras él es el “hijo” de la luminosidad y la refracción; sus características básicas son los “colores designables”; ellos a su vez, están cualificados por gradaciones y matices que también pueden designarse por palabras específicas.
En cuanto a nuestro sistema solar concierne, el espectro original está en la imaginación creadora del Padre-Madre Dios. La Mente Divina, puesto que es la Fuente de todo arquetipo (ejemplo: el arco iris) manifestación en este sistema, es la fuente de todos los “espectros de manifestación” (ejemplo: todas las clases de arco iris) y todos los espectros de manifestación de cada arquetipo manifestado (ejemplo, los colores juntos y separados y sus gradaciones, de cada arco iris). Entonces por analogía la Mente Divina corresponde al rayo de luz solar en nuestra ilustración; un arquetipo es el arco iris (una manifestación de la luz); un sub-arquetipo es uno de los colores designables que se hallan en el arco iris.
La manifestación arquetípica de la Mente Divina (la imaginación creadora del Padre-Madre Dios) es percibida como nuestro propio sistema solar. El “espectro de emanación” viene a ser la gradación de los planetas desde el tiempo en que fue emanado el primero hasta que fue emanado el último. El espectro de sus cualidades ocultas sería la gradación evolutiva de los Logos Planetarios del sistema-análogos á los colores diferenciados del arco iris. El color tiene un espectro de frecuencia vibratoria (matices específicos) y también un espectro de cualidad vibratoria (brillo o matidez relativos). El espectro de cualidad vibratoria del sistema solar completo sería la suma total de gradación de todos los habitantes de este sistema en términos de ejercicios de conciencia espiritualizada de mayor a menor (o de menor a mayor). La misma clasificación designaría el espectro de cualidad vibratoria de los habitantes de cualquier planeta particular y a su vez, su agrupación por raza o por nación. Esta analogía es aplicable, también al tono del arquetipo - el material esencial del manifestador e interpretador musical.
El tono es el arquetipo de todo sonido, puesto que por su naturaleza es vibración rítmica percibida por el oído. El tono, “fraternal” con el color, tiene un espectro doble:
Frecuencia vibratoria (baja y alta) y cualidad vibratoria: el espectro de la cualidad vibratoria tonal también es doble: el de la Dinámica (dulce y fuerte) y el del poder (matidez y brillo). El espectro de la “frecuencia tonal” es la manifestación completa de la escala tonal desde la frecuencia vibratoria más lenta (la más baja) hasta la más rápida (la más alta). Esta “escala total” se divide en “octavas” del mismo modo que el arco iris se divide en “colores”. (Los colores son sencillamente las “octavas” en un rayo de luz). Así como cada color del arco iris es en sí mismo un “espectro de matices”, del mismo modo cada octava tonal es un “espectro”. Cada matiz perceptible y designable de un color específico, la suma total de los cuales es la “matriz” del color específico, es análogo a cada armónico de la nota musical; los armónicos de una nota musical específica, en combinación, son la matriz de la nota, así como la envoltura etérica del ser humano, el animal, vegetal o mineral es su matriz. El tono en relación con sus armónicos “es la expresión vibratoria concentrada” - un factor específico de un sistema musical.
El espectro dinámico del color es su gradación del blanco a la extrema densidad; el espectro dinámico del tono es la gradación que representa lo “suave y lo fuerte”. El espectro de poder del color y el tono es la gradación desde el “poder de percusión mínima” (matidez) al “poder de percusión máxima (brillantez de la cualidad trasmisora). Un buen pianista, por la acción controladora de la mano, muñeca o dedo en la compresión completa de la tecla, puede crear un “pianissimo” de suavidad delicada cuyo poder se trasmite a los rincones distantes del “auditorio”. Otros, menos hábiles, pueden tocar lo más fuerte posible y los tonos que producen sonarán duros o sin vida. La analogía de esto con la “matidez” o “brillo” del Astrólogo en la interpretación de principios según están representados en un horóscopo, es una de las cosas a que usted debe prestarles gran consideración: la analogía es exacta.
El artista manifestador usa un espectro de medios para sus expresiones. Este espectro fluctúa desde el medio abstracto más concreto (diseño) hasta el más evanescente medio abstracto - el ritmo. Incluye también los tres medios concretos: tono, color y sustancia. La línea es el medio abstracto entre el diseño y el ritmo. La línea es el símbolo arquetípico del “proceso - de manifestación”. El dibujo de una línea puede “espaciarse” y de la línea todas las formas (diseños) incorporadas (encerradas) son derivadas; así como la línea misma fue emanada de su origen, el punto.
Letra y palabra; tono y acorde; línea y diseño (incorporación bidimensional) y masa (diseño tridimensional) componen los medios del artista de exteriorizar sus conceptos de los arquetipos, expresiva o interpretativamente. El ritmo, compás de la sucesión, o de la manifestación en continuidad, es un “denominador común” de todas las formas de arte porque el ritmo es el arquetipo de la naturaleza de todo movimiento.
La analogía del “espectro en Astrología” con el “espectro en las artes” es fascinante por su claridad. El recurso del arquetipo de ambas formas de interpretación es la conciencia humana; el propósito arquetípico de ambas es interpretar la naturaleza de los arquetipos divinos a través de conceptos manifestados de esos arquetipos: La acción arquetípica de ambos es intensificar, vivificar, e iluminar la conciencia del hombre de sí mismo, de la otra gente, y del mundo que lo rodea; la reacción arquetípica a ambos es del compuesto del sentimiento instintivo y del conocimiento instintivo del hombre.
La palabra “artista” es arquetípica; sus dos “emanaciones” principales son el artista manifestador (creador) y el artista interpretador. El primer ser humano que movió o posó su cuerpo en determinada forma para darle expresión a un estado emocional específico fue el “primer” bailarín manifestador. El primer ser humano en reconocer que “el punto, la línea y el círculo” podían utilizarse para simbolizar al ser, la conciencia y la existencia, de la humanidad - o de un ser humano - fue el “primer” astrólogo manifestador. (Puede observarse aquí, que el “punto, la línea y el círculo” son los “ingredientes” arquetípicos de los símbolos planetarios así como también del diseño estructural de la rueda). El astrólogo manifestador - como el artista manifestador - incorpora su concepto del arquetipo por un símbolo concebido originalmente; el símbolo es su forma de exteriorizar la naturaleza, el propósito y la objetivación de un principio cósmico. El astrólogo interpretador estudia y percibe intuitivamente las significaciones de símbolos ya manifestados; él cumple su función aplicando su entendimiento de estos símbolos a la interpretación del horóscopo.
(Por ejemplo, el autor sugiere que se considere lo siguiente como un símbolo “manifestador” del planeta Plutón: un círculo rodeando la flecha apuntando hacia arriba usada en el símbolo de Marte; la flecha es la potencialidad de expresión de la energía; el círculo es el subconsciente colectivo de la humanidad - el poder de deseo arquetípico como un “fluido congelado” esperando, su liberación “ a través de la expresión; es el concepto del autor del significado de la regencia de Escorpión por Plutón y su corregencia por Marte. La letra P es una inicial).
La palabra arquetípica espectro tiene polaridad. La polaridad masculina es “espectro de cualidad vibratoria”; la polaridad femenina es “espectro de las formas manifestadas” que es la cristalización del diseño arquetípico. Estas dos polaridades de espectro se ven en la astrología de esta manera: La polaridad masculina (subjetividad) es la “extensión vibratoria”, completa de los doce signos zodiacales, desde el primer segundo de Aries hasta el último segundo de Piscis. Hablando humanamente éste es el espectro de la conciencia; y hablando divinamente, es el espectro de los poderes cósmicos. Desde el punto de vista de la polaridad según está manifestado en los atributos de la naturaleza humana, es el espectro de la cualidad genérica - el compuesto de actividad y reactividad de las cuales participa todo ser humano, varón o hembra. Él combina la esencia de nuestra proyección y reflexión, nuestra expresión y nuestra percepción. Puesto que la “polaridad” es un compuesto, nosotros reconocemos que este aspecto “masculino - subjetivo” de la rueda es una “propagación de puntos”, siendo cualquiera de ellos una potencialidad por la cual nos expresamos de acuerdo con nuestras percepciones y percibimos de acuerdo con nuestra capacidad de expresar. La expresión es el proceso mediante el cual se manifiesta la individualidad; la percepción es la polaridad experimentada. Estas acciones ocurren en
sucesión de tiempo, pero su origen es una unidad - la conciencia.
La polaridad objetiva “negativa” o “femenina” del espectro astrológico es la sucesión de las doce casas desde la primera hasta la duodécima inclusive, en dirección contraria a las agujas del reloj. Estas describen designaciones de experiencias específicas en las cuales y a través de las cuales, la conciencia es expresada y percibida. Ellas aluden a la “objetividad” de la vida. Cada casa es un “mecanismo” para enfocar (así como la paternidad enfoca la identidad de un niño pequeño) las expresiones de nuestras percepciones de principios de vida específicos. Cada casa es un sub-arquetipo de la palabra arquetipo “matriz”; ella nutre nuestra experiencia y crecimiento así como el cuerpo maternal nutre internamente la gestación del niño y el poder del padre nutre externamente el bienestar de la madre y del niño. Así pues, estos doce patrones de experiencia crean nuestros desenvolvimientos espirituales en el tiempo - espacio. En la congestión (expresión no regenerada de percepción cristalizada) nosotros permanecemos “ligados” a la matriz de experiencia; por medio de la ex-presión regeneradora de percepciones redimidas adquirimos dominio sobre el ambiente del mismo modo que con la madurez adquirimos “dominio” de nuestras dependencias sobre nuestra matriz bipolar: Padre y Madre. De esa manera, nos capacitamos para funcionar mejor con la percepción individualizada de los principios que con la conformidad repetitiva a la limitación de las apariencias. Recuerde que este “espectro de las casas” es una polaridad del arquetipo de la experiencia humana; por lo tanto, nada en él es “malo” o “perverso”. Las casas, en combinación con materiales para usarse; ellas son designaciones cuyos principios debemos aprender - así como el estudio de los colores nos ayuda, a comprender la naturaleza de la luz.
Los planetas son enfocadores de los signos que ellos rigen; están ubicados específicamente, por la Ley de Causa y Efecto, en las dos representaciones del espectro astrológico - signo y casa. Así como cada color tiene sus propias gradaciones y cada tono tiene sus propios armónicos, del mismo modo cada planeta tiene un “espectro personal” de naturaleza doble. Uno es el “espectro del patrón” - todos los aspectos posibles con los demás planetas; el otro es el “espectro de foco” - Todas las ubicaciones posibles en los signos y casas como especificaciones de los “puntos” genéricos significativos en el horóscopo individual. Un planeta sin aspectos es como un tono mate en música - tiene poco “poder trasmisor”. La congestión de la relación de un planeta con otro es semejante a
cualquier problema técnico en cualquier arte - la persona tiene que “aprender los principios
implicados al igual que el artista tiene que vencer su ignorancia o sus insuficiencias para poder manifestar o interpretar perfectamente sus conceptos de los arquetipos. El artista - superando su problema es semejante a la persona con aspecto congestionado, haciéndose vigilante de los principios envueltos en su patrón de experiencia particular y entrando en acción sobre la base de una conciencia ampliada.
El gran espectro de “patrón astrológico” es doble: El sub-espectro de la cuadratura triple (cardinal, fija, y mudable) y el sub-espectro del trino genérico cuádruple (fuego, tierra, aire y agua). La cuadratura triple, en cuatro variaciones, es el gran símbolo de: El atributo de tomar forma del padre-madre Dios. El trino cuádruple en tres variaciones, es el gran símbolo de la potencialidad divina inherente en toda forma (manifestación o identidad). La conjunción de dos planetas es realmente el símbolo arquetípico del matrimonio; dos planetas se “funden” para el comienzo de una serie entera de relaciones de aspectos mutuos durante las numerosas encarnaciones siguientes. (Lo mismo que en el matrimonio se funden dos personas individuales para una serie de relaciones mutuas durante los años siguientes. Piense sobre esto.) En otras palabras, el aspecto de conjunción es análogo al punto central del círculo porque el punto central “emana” las potencialidades para el Ascendente; - el aspecto de conjunción va a emanar una serie de aspectos planetarios a medida que la persona progresa por medio de sus encarnaciones subsiguientes.
Todos los aspectos planetarios tienen “espectro” de la siguiente manera: Por la significación del “orbe” dos planetas tiene aspecto exacto el uno con el otro, ellos tienen aspecto aproximado unos a otros; o ellos no tienen aspecto entre sí. Este es el espectro de la “exactitud de aspecto” - la exactitud de un aspecto determina la intensidad de sus efectos, congestiva o expresivamente. El aspecto de cuadratura tiene polaridad en el sentido que en sí mismo simboliza arquetípicamente congestión de expresión (masculina) o congestión de percepción (femenina). La cuadratura, el sextil (alquimia, regeneración dinámica), la conjunción (fusión de poderes), y la oposición (enfoque planetario de un diámetro tienen espectro sólo en el sentido de cualesquiera signos, casa o planetas puedan aparecer en estos patrones. El símbolo del trino tiene el doble espectro de polaridad: Nosotros usamos el triángulo equilátero descansando sobre su base horizontal (los tres signos de tierra del Gran Mándala) como el símbolo del “aspecto de trino”. Debido a que se usan los signos de tierra y porque ésta es la representación más estática del trino, ésta es realmente la polaridad femenina del trino; es el resultado de haber ejercitado amor-sabiduría relativo en el pasado, y ésta es otra forma de decir “Maestría relativa”. La persona con un aspecto trino goza de cierta armonía, o abundancia, o integración en esta encarnación debido a sus esfuerzos en el pasado. La polaridad masculina del trino es el trino de fuego de Aries - Leo - Sagitario, Este es el ejercicio dinámico de la conciencia espiritualizada y es la octava superior del aspecto sextil. Debido a que causa y efecto tienen el mismo origen, vemos que esta representación doble de la polaridad del trino nos dice: “Sí, goce de los frutos de este aspecto, pero recuerde que usted está evolucionando; debe usar el trino también como poder dinámico para elevar la cualidad de su relativa Maestría hacia mayores percepciones en el futuro.
Vuestro horóscopo tomará más “incandescencia” y más “brillo” si usted lo considera en términos de espectro así como su apreciación del arte toma hondura al grado que usted se vuelva conciente de los valores y bellezas de sus varios atributos y esencias.
“Vea” - los cuatro trinos genéricos desenvolverse de los puntos estructurales cardinal, fijo y
mudable; “vea” la “quimicalización” del espíritu objetivada por el desenvolvimiento de las cuatro cruces estructurales de los tres signos de fuego, de tierra, de aire y de agua. Piense, por un momento, en el espectro con respecto a todo lo que venga a su atención - arquetipos, sub-arquetipos, etc. Usted desenvolverá, a la vez, una esfera notable de percepción de los valores de posiciones y patrones planetarios. “Pensar, en espectro” es pensar arquetípicamente. “Pensar arquetípicamente es ejercitar la mente rítmicamente.

del libro " Estudios de Astrología VI ", de Elman Bacher



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